San Agustín: naipes en la autopista

Caracas Inaccesible

Angela Leon Cervera

San Agustín. Un calor de esos sofocantes y un tráfico de mediodía pasando el antiguo Retén de La Planta en dirección este. Más allá del sol picante y del cielo descubierto, ventilándome un poco con un cartoncito que tenía en la guantera de la puerta del conductor, estaba animada y distraída.

Un edificio macizo, justo al lado de la estación terminal del Metro Cable, llamó mi atención y al alzar la vista más allá de la mole de mosaicos azules y negros, vi un flanco del Helicoide. Con sorpresa descubrí que nunca antes había notado que desde ese punto de la autopista podía verse el complejo donde hoy en día funciona la UNES.

Entusiasmada con mi hallazgo, escuché el frenazo agudo de una motocicleta y de inmediato el golpe seco: dos motorizados habían chocado entre sí. Vi con asombro cómo los cuatro pasajeros (dos en sendas motos) cayeron como naipes al pavimento. Unos gritos, unos manotazos y, para rematar mi sorpresa, uno de los pasajeros de la primera moto levantó del suelo a una bebita de no más de dos años.

No le pasó nada. Llevaba puesto un casco enorme, una chaqueta acolchada color rosa y se veía en buenas condiciones cuando la alzaron del suelo, recogieron el pedazo del guardafango que se había roto con el golpe, se subieron de nuevo en el vehículo de dos ruedas y desaparecieron. Los que impactaron contra la otra moto no se zafaron tan pronto del aprieto.

Sobre el canal del medio de la autopista quedó la parrillera lamentándose de un dolor en la pierna derecha y yo, aún atónita, tuve que seguir mi camino al salir de mi asombro con los cornetazos del chofer que venía tras de mí.