El Pasaje Zingg albergó originalmente negocios que iban desde barberías hasta tiendas, donde podían comprarse o repararse plumas fuentes. Las tiendas más sofisticadas de la Caracas de los 50’s se encontraban en este lugar, pero además fue aquí, en el Pasaje Zingg, donde se instaló la primera escalera mecánica de Venezuela, así como uno de los primeros ascensores de carga.
Las escaleras mecánicas del Pasaje Zingg despertaban recelo y a la vez curiosidad en los caraqueños, quienes consideraban a este tipo de tecnología innovadora, pero peligrosa. Los más conservadores preferían bajar por las escaleras tradicionales, mirando con desconfianza aquellos escalones que contaban con listones de madera.
A pesar de la placa metálica que señalaba las instrucciones de uso, muchas mujeres sufrieron bochornosos accidentes en las escaleras del Pasaje Zingg: sus tacones se atoraban entre los listones de madera de los peldaños, sus faldas podían engancharse y hasta más de uno llegó a perder el equilibrio con el inusual mecanismo.