Ángela León Cervera
Autopista Francisco Fajardo. Recuerdo que era cerca de la una de la madrugada, supongo que debo decir de un día lunes, cuando nos encaminamos hacia el distribuidor de Santa Cecilia y allí estaba rasgando la madrugada «El Sol Anaranjado» de Soto.
La Esfera, una obra del año 1996 conformada por más de dos mil varillas de aluminio. La misma Esfera que seguramente canta con la brisa, cuando esas barras de un color naranja encendido chocan entre sí producto de la vibración y el paso de vehículos a cada instante por nuestra transitada ciudad.
¿De 1996? Me dije mientras colocaba la cámara sobre el techo del carro, helado por el frío de la madrugada. Miré la hermosa pieza a través del visor. ¿De 1996? No puede ser, me dije… No puede ser tan reciente…
¿De 1996? ¡Pero si yo la recuerdo de toda la vida! Y saqué una veloz cuenta mental, y pensé qué edad podría tener yo para ese entonces, y recordé cómo fue desmantelada por vándalos que comercian con el aluminio y cómo la fueron desgajando, como si se tratase de una enorme mandarina de metal.
¿De 1996? Pero… Pero si yo no me puedo imaginar a una Caracas sin La Esfera de Soto…